CURSO de PRECIPITACIÓN Y PLUVIOMETRÍA |
1.2 ESTABILIDAD ATMOSFÉRICA Gradiente adiabático Los gases en general, y el aire en
particular, tienden a enfriarse cuando se expanden y a calentarse cuando se
comprimen. Cuando el aire asciende, halla más arriba menor presión y por lo
tanto se expande, enfriándose. Contrariamente, cuando una parcela o porción de
aire desciende, se comprime y se calienta. Ya que el aire es un mal conductor
del calor, podemos pensar que la parcela que se mueve verticalmente no
experimenta un intercambio de calor con su entorno. La variación en la temperatura de una
parcela de aire que se mueve verticalmente es de aproximadamente 1°C/100
metros. A esta tasa de calentamiento o enfriamiento se la llama GRADIENTE
ADIABÁTICO SECO. Este valor es aplicable a movimientos verticales en capas
bajas de la atmósfera y siempre y cuando no ocurran durante el desplazamiento
de la parcela cambios de estado, como condensación del vapor de agua contenido
en ella por un descenso en su temperatura. Si el ascenso de una parcela sigue hasta
que su humedad relativa alcanza el 100% (porque se fue enfriando al ascender),
el aire de la parcela se hallará saturado y su temperatura será la temperatura
de rocío. Si sigue ascendiendo aún más (y se sigue enfriando), parte del vapor
de agua comenzará a condensar y comenzarán a formarse pequeñísimas gotas de
agua, llamadas “gotas de nube”. La altura a partir de la cual la humedad
comienza a condensar se llama “nivel de condensación por ascenso” (NCA). Recordemos que el vapor de agua, al
condensarse, libera calor. Por lo tanto, una vez superado el NCA, la gradual
condensación del vapor de agua libera calor. Este aporte de calor compensa
parcialmente el enfriamiento producido por la expansión al ascender, con lo
cual la disminución de la temperatura de la parcela será menor. A la tasa de
variación de la temperatura de una parcela saturada que asciende se la llama
“gradiente adiabático saturado” y es igual a 0,6°C/100 metros. Resumiendo: un volumen de aire comienza a
ascender, al ascender se expande y se enfría a razón de 1°C/100 metros; a
cierta altura (el NCA) su temperatura ha descendido tanto que el aire se halla
saturado; si sigue ascendiendo, se sigue enfriando y el vapor se va
condensando, liberando calor y disminuyendo la tasa de enfriamiento a 0.6°C/100
metros. En un movimiento descendente, la parcela
se comprime, la temperatura va en aumento y la humedad relativa decrece,
alejándose cada vez más del 100% necesario para que se produzca la
condensación. Así, al descender el aire se seca, provocando la disipación de la
nubosidad. No se debe perder de vista que estamos
hablando de cambios en la temperatura que ocurren dentro de la parcela de aire
que se desplaza verticalmente, y no de modificaciones en la temperatura del
entorno, es decir, del aire que rodea a esa parcela. Estabilidad
atmosférica El aire se considera estable cuando “se
resiste” a los movimientos de ascenso. Este es el caso de una parcela de aire
que por alguna razón es forzada a ascender desde la superficie, enfriándose.
Puede ocurrir que al subir unos metros se halla más fría (y por lo tanto más
densa y pesada) que el aire circundante, lo que la haría descender hasta su posición
inicial. Si esta parcela imaginaria resultara ser más caliente (y por lo tanto
menos densa y más liviana) que el aire que se halla unos metros más arriba, la
misma seguiría ascendiendo, determinando que la atmósfera se halle “inestable”. Cuando el aire estable es forzado a
ascender por algún motivo, las nubes que eventualmente se forman son de poco
espesor, ya que los movimientos de ascenso no se ven favorecidos: la atmósfera
pone una especie de “tapa” al aire húmedo que se eleva desde la superficie. Las
nubes asociadas a condiciones de inestabilidad atmosférica son de gran espesor,
creciendo hacia arriba como torres gracias a que los ascensos de aire se ven
favorecidos. Los principales factores que contribuyen
al aumento de la inestabilidad atmosférica son:
·
Enfriamiento
del aire superior · Ascenso forzado por alguna elevación del terreno
·
Ascenso
forzado por convergencia de aire cerca de la superficie (la divergencia provoca
descenso y aumento de la estabilidad) La determinación de la estabilidad
atmosférica es importante para poder conocer si las condiciones son o no
favorables para la formación de nubes, lluvia, tormentas, etc. |
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