CURSO de PRECIPITACIÓN Y PLUVIOMETRÍA |
1.4 FORMACIÓN DE PRECIPITACIÓN Existen distintos procesos atmosféricos que
dan como resultado la formación de precipitación. Detallaremos brevemente a
continuación algunos pasos por los que atraviesan estos procesos.
Una parcela de aire asciende, se expande y enfría, luego no es capaz de contener toda su humedad en forma de vapor de agua. El exceso de humedad se condensa sobre NÚCLEOS DE CONDENSACIÓN suspendidos en el aire (partículas de polvo, contaminantes, sal), formando pequeñísimas gotas de nube. Otras veces no se condensa agua líquida sino que se forman cristales de hielo que crecen alrededor de núcleos de congelamiento (arcilla, yoduro de plata). A las partículas sólidas que se hallan en
suspensión en el aire se las llama AEROSOLES. La concentración de aerosoles
sobre los continentes es aproximadamente 10.000 millones por metro cúbico,
mientras sobre el mar llega apenas a unos 1.000 millones por metro cúbico. Así,
las nubes que se forman sobre los continentes tienen más gotas por metro cúbico
que las que se forman sobre los mares. También existe un efecto de aumento de
las precipitaciones sobre las grandes ciudades con poca ventilación, como efecto
de la gran cantidad de aerosoles (contaminación) presente.
El vapor presente en
el aire saturado sigue condensándose sobre las pequeñas gotas (o cristales) de
nube, al principio rápidamente, pero luego más lentamente, ya que a esta altura
del proceso existe una gran cantidad de gotas (o cristales) compitiendo entre sí
por captar la humedad disponible. Avanzado hasta aquí el proceso, las gotas tienen un diámetro aproximado de 10 micrómetros (son microscópicas) y caerían tan lentamente que les llevaría dos o tres días recorrer la distancia entre la base de una nube baja y la superficie terrestre. En realidad, se evaporarían al caer unos pocos metros y nunca llegarían al suelo.
Para formar una gota
de lluvia capaz de alcanzar la superficie debe producirse algún proceso por el
cual las pequeñas gotas de nube se reúnan entre sí, formando gotas más grandes. Cuando las temperaturas son bajas tiene
lugar el llamado PROCESO DE BERGERÓN. En las nubes frías encontramos a la vez
gotitas de nube y cristales de hielo. Una interesante propiedad del agua hace
que el aire circundante se halle exactamente saturado para las gotitas de agua
(humedad relativa del 100%) pero sobresaturado con respecto a los cristales de
hielo (humedad relativa superior al 100%). Ejemplo: para una temperatura de
–10°C, una humedad de 100% para un sistema “agua-vapor” corresponde a una
humedad del 110% para un sistema “hielo-vapor”. Por lo tanto, el vapor de agua
comienza a depositarse rápidamente sólo en los cristales, provocando un descenso
de la humedad del aire y la evaporación de las gotas, que se convierten así en
una fuente de vapor de agua para que los cristales de hielo sigan creciendo. Los
cristales más grandes comenzarán a caer, colectando a su paso más gotas que se
congelarán sobre ellos, formando copos de nieve. También se romperán, dando
lugar cada uno a dos cristales más pequeños que comenzarán a crecer. Si la
temperatura en la superficie es mayor que 4°C, los copos de nieve se derriten
antes de llegar al suelo, cayendo en forma de lluvia. Cuando las temperaturas son altas tiene
lugar otro proceso: el de COLISIÓN - COALESCENCIA. En este caso las nubes se
componen solamente de gotas, o sea, carecen de cristales de hielo. La formación
de gotas capaces de precipitar dependerá entonces de la presencia de gotas de
tamaño superior a 20 micrómetros, que aparecen generalmente en presencia de
núcleos de condensación de gran tamaño o de partículas higroscópicas (que
“atraen” la humedad, como la sal). Estas gotas más grandes caen más rápidamente
que las más pequeñas. Así, las grandes colisionan contra las más pequeñas y
lentas, coalesciendo (uniéndose en una misma gota) y creciendo hasta alcanzar un
tamaño que les permita alcanzar la superficie sin evaporarse. Las nubes con gran desarrollo vertical (cumulonimbus)
poseen corrientes ascendentes que permiten que las gotas grandes atraviesen la
nube varias veces, colisionando contra gotas más chicas y creciendo cada vez
más. Este proceso puede repetirse hasta que la gota alcanza un diámetro de 7 mm
como máximo, a partir del cual se rompen espontáneamente. |
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