CURSO de PRECIPITACIÓN Y PLUVIOMETRÍA

 

2.8 TORMENTAS

Una tormenta es un fenómeno que resulta como consecuencia del ascenso de aire húmedo e inestable. En todo momento existen unas 2000 tormentas sobre la superficie terrestre, la mayor parte de ellas entre los trópicos, más precisamente sobre la Convergencia Intertropical (CIT), cerca del ecuador. Las tormentas se originan en relación a un tipo particular de nube: el cumulonimbus. Implica grandes cantidades de precipitación, actividad eléctrica y sólo ocasionalmente caída de granizo.

Tres estados de desarrollo de una tormenta

Estado de cúmulos:

La inestabilidad atmosférica se incrementa y el aire cálido y húmedo de la superficie asciende hasta niveles más altos, el vapor de agua se condensa y se forma una nube. Cada nueva parcela que asciende se eleva un poco más que la anterior, dando como resultado un aumento progresivo en el espesor de la nube, que va adquiriendo forma de torre. Este estado de la tormenta en formación es dominado por movimientos veloces de ascenso, que en ocasiones pueden alcanzar los 160 km/h. La precipitación que se genera en esta etapa no llega a superficie, pues es arrastrada hacia arriba por estas fuertes corrientes.

Estado maduro:

El tope de la nube crece hasta superar el nivel de congelación. Allí comienzan a formarse cristales de hielo y se desencadena el proceso de Bergerón. Cuando las gotas y cristales de hielo alcanzan tamaños suficientes como para caer, el arrastre de aire que esta caída produce genera movimientos descendentes. Cuando la precipitación alcanza la superficie, comienza el estado maduro de la tormenta.

En este momento conviven dentro del cumulonimbus movimientos de ascenso y de descenso. La corriente descendente impacta contra el suelo, el aire frío que viene de niveles más altos se “desparrama” sobre la superficie y se generan vientos fuertes. La corriente ascendente sigue alimentando el crecimiento de la nube y aparece el típico yunque superior de los cumulonimbus. La figura 11 muestra una nube de tormenta en estado maduro.

Estado de disipación:

La corriente ascendente se debilita y predomina el movimiento de descenso. Sin el suministro de humedad aportado por el aire que se elevaba desde la superficie, la tormenta se debilita.

La vida media de estas nubes de tormenta es de aproximadamente una hora. Sin embargo, estas tormentas suelen estar organizadas o agrupadas en “complejos “ y la desaparición de una celda de tormenta puede ocurrir simultáneamente con la generación de otra nueva a pocos kilómetros.  

FIGURA 11: CUMULONIMBUS MADURO

Tipos de tormenta 

Las circunstancias más propicias para la formación de tormentas son: la presencia de aire cálido y húmedo en superficie, una situación favorable para los ascensos de aire en la atmósfera media y cualquier factor que ayude a inestabilizar el aire. Estas condiciones pueden presentarse en situaciones diferentes, dando origen a distintos tipos de tormenta.

Tormentas de masa de aire:

Se producen dentro de una masa de aire cálido y húmedo (tropical marítimo). Las capas bajas dentro de esta masa de aire contienen mucha humedad. En primavera y verano, cuando la superficie se calienta, la masa de aire tropical marítimo se inestabiliza fácilmente, por lo cual es el semestre cálido el que muestra mayor frecuencia de aparición de este tipo de tormentas.

Las tormentas de masa de aire son aún más frecuentes en zonas montañosas, donde el calentamiento de las laderas favorece los movimientos de ascenso y se generan células de tormenta durante el día.

La característica principal de las precipitaciones cuando se generan tormentas de este tipo es la gran diferencia que se observa en los registros pluviométricos, aún en sitios muy cercanos uno del otro.

Tormentas frontales:

Durante el avance de los frentes, tanto fríos como calientes, el aire cálido y húmedo es forzado a subir por la pendiente frontal, trepando por encima del aire frío. Este ascenso de aire con gran cantidad de humedad provee las condiciones necesarias para que la misma condense, dando lugar a la formación de nubes de tormenta. Las tormentas de este tipo resultan en general más organizadas espacialmente, avanzan en forma conjunta con el frente y producen lluvias de milimetraje similar, es decir, registros pluviométrico “parejos” en grandes áreas.

Las mayores precipitaciones en la región pampeana y noreste argentino se deben a la coincidencia de mecanismos de formación de tormentas de masa de aire y frontales a la vez.

Tormentas producidas por ascenso orográfico:

El principio es el mismo que en un ascenso frontal, es decir, el aire potencialmente inestable es forzado por las elevaciones del terreno a ascender, condensando y formando nubes de tormenta. Es lo que habitualmente sucede del lado chileno de la cordillera y también en las sierras de Córdoba cuando llega hasta allí aire cálido y húmedo del norte o noreste.

Tormentas de línea de inestabilidad:

Como vimos, la línea de inestabilidad es entonces una zona donde al aire frío descendente de las nubes que acompañan a un frente se encuentra con el aire más caliente, lo hace ascender y forma una nueva línea de tormentas que va por delante del frente. Estas tormentas pre-frontales suelen formar una banda muy angosta, pero el tiempo asociado a estas líneas de inestabilidad puede ser muy severo.

Tormenta de Santa Rosa 

Se conoce como “tormenta de Santa Rosa” a alguna tormenta más o menos intensa que se de en los últimos días de agosto o en los primeros días de setiembre. Alrededor de esta fecha tienen lugar regularmente los primeros signos del cambio estacional del invierno a la primavera. Uno de estos signos es el inicio de la temporada de tormentas más intensas. Luego de un invierno en el cual las tormentas suelen ser escasas y de, por lo general, un par de meses sin que se escuchen truenos, la primer tormenta de primavera se ha convertido en un hito que señala el inicio de la temporada más lluviosa en el centro y este del país, coincidentemente con la semana de Santa Rosa.

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